viernes, 26 de octubre de 2012

Balance de la semana

Esta semana ha sido una semana de las de enmarcar o de las de olvidar directamente. Aunque yo en el fondo creo que para enmarcar. Ha tenido de todo.



Ha tenido momentos de frustración... momentos en los que te das cuenta que en el mundo no siempre existe la justicia pero... aunque esto es algo que con los años una se da cuenta de que así es el mundo real se asombra de que en ocasiones pueda ser tan injusto. Porque el mundo laboral es así y parece que no siempre ganan los buenos, si no los pelotas y los que saben aparentar.

Ha tenido momentos de valentía, de coger el toro por los cuernos, plantarse e incluso, si hubiera sido necesario, mandarlo todo a la mierda. Menos mal que quedó simplemente en un susto y no llegó a mayores. Sin embargo, la experiencia me hizo ver que aunque me parezca que no estoy madurando mucho. El irme de casa, vivir de mi trabajo (y el de mi chico claro, somos uno) y luchar por sobrevivir en este mundillo que elegí me está haciendo madurar. Y me he dado cuenta que si me pinchan demasiado salto y afronto las cosas. No salgo corriendo, sin decir una palabra, en silencio como hacía hasta no hace demasiado tiempo sino que lo afronto, cojo al toro por los cuernos y le echo un par. Por tanto, estos momentos de valentía me han hecho sentirme orgullosa de mi misma.

Ha tenido momentos de alucinar, de no entender cómo funciona el mundo, de no entender lo que se espera de mi, de quedarme anonadada viendo cómo el ser jefe no hace que la persona sistemáticamente sepa lo que quiere sino todo lo contrario. Vive en un mundo de fantasía en el que todo es maravilloso y te puedes permitir el lujo de no hacer tu trabajo para "investigar" pero entonces... ¿quien hace el trabajo? De eso no se da cuenta.

Ha tenido momentos de angustia... de miedo por quedarme sin un gran apoyo en mi cubículo y de no saber a quién me pueden meter para sustituirla. De angustia por ver que quiero cambiar el rumbo de mi vida pero no aparecen tantos caminos diferentes en mi cruce como esperaba... es más, no hay ni uno claro.

En definitiva, esta semana ha sido agotadora tanto física como mentalmente y me siento muy orgullosa de haber sobrevivido, con la cabeza alta, sin hundirme y madurando. Por tanto... mejor la enmarcamos ¿no?


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