sábado, 10 de noviembre de 2012

Cobarde

Hace unas semanas ocurrió algo que os quería contar ya que no me lo quito de la cabeza e incluso en algunos momentos me angustia. Mi reflexión es ¿hasta dónde nos va a llegar esta crisis?

No voy a hablar de culpables, no voy a hablar de cómo evitarla, no voy a hablar de soluciones, ni de las cosas que creo que quitando a los que les sobra podrían evitarse.

El suceso es mi sentimiento ante lo que ocurrió ese sábado...

Ése sábado vinieron los padres de un novio con otra pareja para ir a la manifestación convocada en Plaza de España. Nosotros comimos con ellos y les acompañamos hasta el punto de encuentro. Allí nos encontramos con más de 1000 Nacionales y el sentimiento que me asaltó fue un sentimiento de miedo.

Yo, que viendo las noticias tras una manifestación contra los recortes no puedo evitar llorar al ver cómo personas que sólo están ahí para manifestar su descontento, para decir a los que (supuestamente) nos representan en este sistema democrático que no están de acuerdo con las medidas que están tomando... personas que sólo hacen uso de su libertad de expresión son apaleadas sin ningún motivo.

Por lo tanto, ¿hasta dónde vamos a llegar? ¿Cómo es posible que la policía, que está para que los ciudadanos nos sintamos seguros, en estos momentos nos asusten y nos hagan sentir inseguros?

Y luego tienes que oír que hay una mayoría silenciosa que demuestra que no lo están haciendo tan mal.

Cómo se equivocan con esa afirmación. En España, hay una mayoría silenciosa que no se pronuncia por miedo y es de lo que se aprovechan.

Ése sábado mis padres políticos (suegros no me suena bien) se convirtieron en mis héroes. En primera fila... Con sus pancartas...

Y yo, escribiendo estas líneas, me siento cobarde. Porque lo soy, porque no tengo coraje y la valentía para unirme a los valientes, para declarar a los cuatro vientos mi indignación y lo que pienso.

Ojalá llegue el día en el que la libertad de expresión sea un derecho real en este país. Ojalá llegue el día en el que reúna el valor para decir que estoy cansada de tantas injusticias.

Perdonad mi cobardía pero cada día intento reunir el valor y las fuerzas y sé que con el tiempo lo conseguiré.


Lo acabaré consiguiendo...

viernes, 26 de octubre de 2012

Balance de la semana

Esta semana ha sido una semana de las de enmarcar o de las de olvidar directamente. Aunque yo en el fondo creo que para enmarcar. Ha tenido de todo.



Ha tenido momentos de frustración... momentos en los que te das cuenta que en el mundo no siempre existe la justicia pero... aunque esto es algo que con los años una se da cuenta de que así es el mundo real se asombra de que en ocasiones pueda ser tan injusto. Porque el mundo laboral es así y parece que no siempre ganan los buenos, si no los pelotas y los que saben aparentar.

Ha tenido momentos de valentía, de coger el toro por los cuernos, plantarse e incluso, si hubiera sido necesario, mandarlo todo a la mierda. Menos mal que quedó simplemente en un susto y no llegó a mayores. Sin embargo, la experiencia me hizo ver que aunque me parezca que no estoy madurando mucho. El irme de casa, vivir de mi trabajo (y el de mi chico claro, somos uno) y luchar por sobrevivir en este mundillo que elegí me está haciendo madurar. Y me he dado cuenta que si me pinchan demasiado salto y afronto las cosas. No salgo corriendo, sin decir una palabra, en silencio como hacía hasta no hace demasiado tiempo sino que lo afronto, cojo al toro por los cuernos y le echo un par. Por tanto, estos momentos de valentía me han hecho sentirme orgullosa de mi misma.

Ha tenido momentos de alucinar, de no entender cómo funciona el mundo, de no entender lo que se espera de mi, de quedarme anonadada viendo cómo el ser jefe no hace que la persona sistemáticamente sepa lo que quiere sino todo lo contrario. Vive en un mundo de fantasía en el que todo es maravilloso y te puedes permitir el lujo de no hacer tu trabajo para "investigar" pero entonces... ¿quien hace el trabajo? De eso no se da cuenta.

Ha tenido momentos de angustia... de miedo por quedarme sin un gran apoyo en mi cubículo y de no saber a quién me pueden meter para sustituirla. De angustia por ver que quiero cambiar el rumbo de mi vida pero no aparecen tantos caminos diferentes en mi cruce como esperaba... es más, no hay ni uno claro.

En definitiva, esta semana ha sido agotadora tanto física como mentalmente y me siento muy orgullosa de haber sobrevivido, con la cabeza alta, sin hundirme y madurando. Por tanto... mejor la enmarcamos ¿no?


lunes, 15 de octubre de 2012

De lunes

Después de un puente de descanso, de compras, de mimos... Después de tres días de aire fresco, de recuperar fuerzas... Después de todo ello hay que volver a la cruda realidad. Volver al trabajo que me está consumiendo.



Me consume no por la carga de trabajo, por presión o por importancia del mismo. No, ojalá fuera eso. Me consume por ser monótono, por llevar más de ocho meses haciendo lo mismo. Porque no he aprendido nada y porque pienso que para lo que hago no me hubiera hecho falta estudiar ni el sacrificio que ello conlleva.

Necesito cambiar de y parece que el cambio no acaba de llegar. Además, mi apoyo aquí, la persona que me hace esto más soportable en un mes ya no estará aquí porque ella ha tenido la suerte de encontrar el cambio antes. Y se va a hacer muy difícil soportar esto sintiéndome aún más sola de lo que me siento ahora.

Pero sé que voy a conseguir mi propósito. Sé que conseguiré cambiar mi vida profesional (que es lo único que cojea) para que no haya NADA que me amargue. Porque encontraré quien valore mi trabajo, mi capacidad y lo que valgo. Y os lo contaré, eso por descontado.


viernes, 12 de octubre de 2012

Hoy te doy las gracias por estar a mi lado



Hoy es un día de esos extraños... 
Un día de esos en los que no apetece hacer nada... 
Un día de esos en los que no apetece sonreír... 
Un día de esos en los que estás triste...
Un día de esos en los que te encantaría cortar con todo... 
Un día de esos en los que piensas que tu vida no merece la pena...

Y sin embargo, con un sólo gesto haces que todo eso cambie. El simple hecho de estar acurrucada junto a ti en el sofá mientras me abrazas hace que todo cambie... 
Hace que sienta que soy inmensamente feliz... 
Hace que no quiera cambiar mi vida por la de nadie... 
Hace que todos los nubarrones que había formado a mi alrededor desaparezcan... 
Hace que todo merezca la pena...
Hace que lo demás no importe...


Haces que todo merezca la pena.

Y por eso hoy escribo para agradecerle a la vida por darme la oportunidad de vivir a tu lado. Para agradecerte a ti que me eligieras, que me quieras, que me mimes, que me consientas, que me dejes salirme siempre con la mía (bueno... la mayoría de las veces), que me entiendas, que me apoyes, que me soportes y que cada día me quieras más que el anterior a pesar de todos mis defectos que no son pocos.

Gracias y no olvides que te quiero infinito por infinito 

miércoles, 10 de octubre de 2012

Autoestima

Hoy os quiero hablar de la autoestima y de cómo algo puramente mental, psicológico, nos puede cambiar la vida.

Autoestima: Valoración generalmente positiva de sí mismo.

Yo nunca me he considerado una persona sobresaliente, ni siquiera notable. Simplemente creo que soy una más. Como toda persona intento sobrevivir en este mundo en el que me tocó vivir. Intento luchar con todas mis fuerzas por lo que creo que merece la pena y que me hará feliz. Y sobre todo, intento ser feliz porque creo que tengo todos los ingredientes para serlo y nada ni nadie se merece que no lo sea.

Sin embargo, una de las personas más importantes de mi vida tiene la autoestima por los suelos y encima parece que la gusta rodearse de personas que se la aplastan más. Y lo peor de todo es que les da más importancia a esas personas en lugar de a las que la valoramos mientras ella, con quien paga su frustración es con nosotros.


Ella cree que no vale nada y la han dicho que siempre se rinde y que no lucha por lo que quiere y se lo ha creído.

Y todo esto lo hace su falta de autoestima. Por ello la convencen de estas cosas. Por eso ha elegido como pareja a una persona que no la merece, que no la trata como debiera, que no la apoya casi nunca, que sólo vive de apariencias, que no la incluye en su vida a pesar de llevar muchos años juntos... y con el que sigue por el simple hecho de que cree que no puede tener a alguien mejor o al menos es lo que creo yo. Porque además, no creo ni que esté enamorada de él.

Yo intento abrirla los ojos como buenamente puedo y lucharé con todas mi fuerzas para que se valore, luche por ser feliz y aleje de su vida a todas las personas que la minan la moral. Porque desde aquí os lo digo, a las muchas o pocas personas que paséis por aquí, que TODOS merecemos ser FELICES y que NADIE merece impedírnoslo. Yo muchas veces he llorado al echar de mi vida a las personas que me hacían daño, pensando que quizá fuera por mi culpa pero hoy pienso que si me hacían daño repetidas veces y me hacían más mal que bien, no tenían derecho a amargarme la vida porque la vida ya tiene muchos baches y momentos difíciles como para mantener a nuestro lado a personas que parece que su único afán para sentirse ellos mejor es hacernos sufrir.




Ser felices porque es lo que nos toca.

viernes, 21 de septiembre de 2012

En un cruce



En la vida llega un momento en el que tenemos que elegir si seguir adelante, quedarse parado o cambiar de dirección. Normalmente ese momento llega muchas veces a lo largo de nuestra vida.

Ese momento asusta o cuando menos nos tensa porque la decisión que se tome va a marcar el próximo periodo de nuestra vida, porque muchas veces no se podrá volver atrás, porque podemos equivocarnos, porque podemos tener mucho que perder.

Por todo ello la decisión tiene que ser una decisión MUY MEDITADA. Evaluar todas las posibles repercusiones y estudiar bien los pros y los contras para tomar la decisión con seguridad y si no sale como queremos al menos estar convencidos de que elegimos la opción correcta y arrepentirnos lo menos posible o ni siquiera arrepentirnos un poquito.

Y en esas me encuentro estos días. Ya estoy girando hacia el nuevo camino que creo que debo tomar pero todavía sin poner un pie en él. Estoy evaluando para limpiar el máximo de dudas posible.

Sólo espero acertar y que vaya bien. Ya os contaré....


viernes, 25 de mayo de 2012

Pequeños secretos

Darnos todo aunque sea poco o ¿qué entiendes tú por poco?

Llevo dos meses decidida a escribir esta entrada pero no he encontrado tiempo... desde que he empezado a trabajar no consigo organizarme para hacer las cosas imprescindibles como para encontrar un huequecito para esto. Pero hoy he decidido dejar de lado alguna tarea imprescindible para escribirla porque esta entrada tenía claro que la tenía que escribirla antes del aniversario.


Cuando empecé mi relación con David, la relación más importante, más completa y que más feliz me ha hecho en toda mi vida, tenía tanto miedo de estropearlo, tanto miedo a que acabara, tanto miedo a no saber cómo hacer que durara que escribí en mi antiguo blog una entrada preguntándome cuáles son los pasos mágicos, las cosas mínimas, cómo afrontar los baches... Ahora, con la ayuda de mi experiencia en estos 3 años de relación y con alguna canción de las que hacen pensar creo que puedo escribir una idea de la respuesta a esas preguntas. En especial estas dos canciones: 

Bastaba de Laura Pausini


La mala costumbre de Pastora Soler 


Mi conclusión es que para mantener una relación sin brechas, sin espinas, lo mínimo minimísimo es una buena comunicación. 

Hablar siempre todo, hasta la cosa más pequeña que nos molesta y procurar que no pase mucho tiempo para que no se enquiste esa molestia. 

Evitar que la otra persona se cierre en sí mismo cuando algo le sienta mal. 

No fingir que todo está bien cuando no es así.

Contar con la otra persona para todas las decisiones que se tomen (decisiones importantes, se entiende).

Los detalles... detalles que no hace falta que tengan valor económico, sin venir a cuento. Porque con pequeños detalles demuestras lo que te importa la otra persona y no cuesta tanto.

Hacer planes juntos innovando. Descubriendo lugares nuevos, evadiéndose del resto del mundo. Porque no podemos permitir que se nos quiten las ganas de estar juntos o llegar al punto, tan terrible, de aburrirse si estamos los dos juntos.

Quitarse el miedo a amar. Porque muchas veces ese miedo nos hace no demostrar todo lo que sentimos, o incluso demostrar sólo una pequeña parte que a la otra persona apenas le llega.


Disfrutar cada segundo que pasamos juntos y no esperar a que se acabe para echarlo de menos, para valorar esos momentos que no supimos disfrutar.


Amar con cada poro de la piel y nunca perder la pasión. Por mucho tiempo que pase. Porque a muchos les da apuro decirlo pero el sexo es una parte muy importante en la pareja.


No dejar que la rutina se instale entre ambos, porque la rutina mata el amor.

Y algo que yo procuro llevar a rajatabla... Re-enamorarle todos los días, como si fuera el primer día que le veo y supiera ya que le quería para mi.

Y bueno, a grandes rasgos esos son los pequeños pasos que yo sigo cada día y que creo que hacen que esta relación vaya viento en popa y que intentaré con todas mis fuerzas no dejar de darlos nunca. Y si en algún momento descubro más... los añadiré.

Porque creo que es importante, para no acabar queriéndose fatal, haciéndose daño, haciendo daño y siendo infeliz en definitiva.